Marc Marquez: "Quiero correr contra Rossi al menos una vez"

El subcampeón de Moto2 asume sus percances del año como "parte del juego" y, aunque no ve a Valentino ganando el próximo título de MotoGP, desea que el italiano siga compitiendo para poder luchar contra él

Acostumbra a ir tan rápido por la vida que, lo nunca visto en un piloto, llega bastante antes de la hora programada a su encuentro con AS. Aunque, viendo lo bien que se lo pasa Marc Márquez cada vez que visita nuestra Redacción, quizá le animara a su esperado regreso las ganas de volver a vernos y engatusarnos con su simpatía y humildad de siempre, sin que importe que unas veces lo haya hecho como aspirante, otra como campeón y ahora como rey sin corona de Moto2. Él es el mejor para todos de 2011, menos para una clasificación que le dejó segundo, tras Bradl, por problemas de visión.

"Aún veo doble cuando miro hacia la izquierda, pero todo va bien", reconoce con tranquilidad el pequeño genio de 18 años a la vez que ataca un plato de jamón, del que dice, sin necesidad de justificarse, que "el jamón no engorda y si lo hace, ya lo quemaremos Además, tengo el peso perfecto para Moto2. Estoy en 58".

Ese problema en la vista lo arrastra desde el fin de semana malayo, el de Simoncelli, y le costó perderse aquella carrera, la de Valencia y el título, pero asume la derrota como "parte del juego", y el problema, que remitirá en breve, le da pie a hacer bromas: "¿Que cuántos dedos veo? Sé que me estás haciendo la uve de la victoria, pero casi veo cuatro". Y se parte de risa, lo que da pie a sacarle fotografiado con continuas sonrisas, algunas pícaras y otras inocentes, pero todas sinceras.

Cuando toca hablar de cómo vivió el desenlace de una temporada que culminó en el título de Bradl, al que previamente le había remontado 82 puntos en la cruenta batalla que es Moto2, se pone algo más serio, pero sin aires victimistas: "Un médico iluminado me dijo que podría correr en Valencia la última carrera, pero la mayoría dijeron que tendría que esperar unos dos meses para estar bien, así que ya sabía lo que había...".

Como resumió su carismático padre, Julià, después de ver cómo su otro hijo, Álex, también perdía su título in extremis, el del CEV de 125cc, "estaba visto que este año los Márquez no podían ganar nada". Marc, de 18 años, ha sabido hacer de hermano mayor y arropar a Alex, de 15: "Ya ha superado el mazazo que supuso perder el CEV como lo perdió. Yo me puse de los nervios viéndolo por la tele y cuando se cayó pegué un puñetazo al sofá, pero ya está bien y se entrena haciendo motocross y supermotard. Yo todavía no puedo hacerlo con él por lo de la vista, pero hace unos días he empezado a montar ya en bici de montaña y pronto podré volver a coger la moto con él. Las Navidades las pasaré así, en casa, en Cervera, entrenándome lo mejor que pueda".

En la gira de medios que el ilerdense ha hecho estos días por Madrid, destaca una anécdota que le sacó De la Morena en 'El Larguero'. "Es que siempre me lía cuando me pregunta por las chicas...", recuerda con simpatía antes de repetir la anécdota en cuestión: "En Aragón, una chica con un megáfono gritó que me cambiaba su ropa interior por un póster firmado y me puse colorado". La siguiente pregunta era evidente: "¿Le dio ese póster?". "Claro que no, menudo corte me entró", sentenció avergonzado.

Precisamente en Aragón firmó su gran premio perfecto del año, acabando primero cada vez que salió a la pista. Tal exhibición caló incluso entre estrellas de MotoGP, porque Lorenzo le dijo a Crutchlow algo así como que ya podían darse prisa en ganar que por detrás venía Marc... Él no se inmuta ni con eso: "Los elogios están muy bien, pero lo que hay que hacer es ganar y no me dejo impresionar. Por ejemplo, todos dicen que en 2013 estaré en MotoGP, pero si no lo hago bien en 2012 no me ganaré el derecho a subir. Y no será fácil, porque estarán pilotos del nivel de Elías, Terol o Simón tendré que saber convivir con esta presión y convertirla en motivación. Ojalá me salgan más fines de semana como el de Aragón. Allí me salía todo solo y, la verdad, yo no pensaba que le fuera a coger tan rápido el hilo a Moto2, pero ya se ha visto que nunca es fácil salir campeón".

Por mucho que Aragón fuera perfecto, puede que llegara más a la afición el tercero de Australia, tras salir 38º y remontar 22 posiciones en sólo una vuelta. "Fue más fácil la remontada de 125 en Portugal que la de Australia en Moto2. Además, en la carrera algunos pilotos como Iannone o Pol me lo pusieron muy difícil", recuerda sin darse importancia. En el box del CatalunyaCaixa Repsol alucinaron con esa carrera y, en particular, con la salida, al punto que guardan como oro en paño una telemetría en la que se aprecia que no corta gas en ningún instante de la primera recta a pesar de tener tanto piloto por delante. Esquivaba obstáculos sin cerrar el grifo. Tremendo...

Para 2012, "además de los españoles habrá que contar con Iannone, un poco con Luthi, tal vez con Redding y con el que surja, como por ejemplo Zarco, que en 125 se le vio duro y constante". Esa temporada estará atento a lo que suceda en MotoGP, su próximo destino, y lo ve así: "Veo la cosa entre Stoner y Pedrosa, porque las Honda volverán a estar muy fuertes, y a ver qué puede hacer Lorenzo con la Yamaha. En cuanto a Bautista, le veo haciendo algún podio, pero otra cosa es que gane carreras". Ni rastro de Rossi, al que también él venera, tanto que desea una cosa por encima de todas: "Espero poder competir contra Rossi al menos una carrera. Este año coincidí con él en un test que hicimos en Mugello. Iba tan tranquilo y me pasó al final de recta y me dije, 'vaya, si es Rossi el que me acaba de pasar'. Era mi tercera tanda y, tratando de seguirle y como referencia, bajé medio segundo mi tiempo. Era la primera vez que rodaba con Rossi, pero espero que no la última".

Alejandro Elortegui intentó picarle y le dijo que, por muy bien que lo haya hecho hasta ahora, tenía tantos títulos como Alzamora, que le acompañó, y le recordó una frenada inolvidable del campeón de 1999, en Mugello, donde adelantó a nueve de 125 de una tacada. El discípulo conoce la historia del mentor y tiene claro que "en una frenada de los dos con la misma moto, Emilio frenaría más tarde". El aludido se quita importancia: "Yo me esfuerzo por enseñar a los jóvenes a no cometer mis fallos y que frenen donde toca hacerlo, porque yo frenaba muy tarde, sí, pero luego salía lento de las curvas. Hay que hacerlo como Marc, frenar donde toca, pasar rápido por la curva y salir escopetado de ella". Puede estar tranquilo. Su alumno lo ha absorbido todo bien.

Habrá que ver hasta dónde llega y que nadie descarte que un día nos sorprenda con otro reto: "Me encantaría correr el Dakar, pero no ahora...". Tranquilo Marc Coma, tranquilo.

Fuente: AS