CcUp-O86pPJjJQKuBvtBILwSakw Campeonato del Mundo de Motociclismo: MÁRQUEZ está hecho un toro

martes, 13 de marzo de 2012

MÁRQUEZ está hecho un toro

Su equipo lo visitaba en Cervera hasta para hacer barbacoas


Semanalmente probaba su vista con una máquina.

Alzamora: "El que ha estado más tranquilo ha sido Marc"


Hace unos días, Marc Márquez reapareció en Albacete para su primer test de pretemporada. Lo hizo con un blindaje especial. Sus protectores no querían ruido externo. Dos días de incesante trabajo entre murallas, sin que se pudiera filtrar algún tiempo que permitiera valorar su estado físico, concluyeron de forma satisfactoria. Sólo se colaron algunos detalles que permitían vislumbrar una notable mejoría.
"Ha mejorado mucho. Queda recuperación, pero para ir en moto parece que no tiene ningún problema, no le afecta ya la visión". El diagnóstico no es médico. Es la evaluación de Emilio Alzamora, su mánager, que ha convivido en estos meses con el piloto casi más que con su propia familia. "Aún tiene que afinar un poco más para la vida normal, pero en moto puede pilotar sin problemas, por eso hemos decidido acudir a los test oficiales en Jerez", continúa Emilio, que hace unos días tenía los nervios en carne viva.
El retorno era fundamental. Para la afición, para su equipo, "pero por encima de todo, para él mismo", indica su jefe de mecánicos, Santiago Hernández. Pasado el mal trago de la ausencia, Márquez sintió que podía flotar de nuevo con su moto, desentumecer las manos, pasar página... Y mirar al Mundial.
Pero, ¿cómo ha sido el camino hasta la resurrección? "Ha sido muy duro, muy complicado. Lo hemos pasado...", explica Alzamora, que quiere dejar claro que el más fuerte en esta situación "ha sido el propio Marc. Demuestra una madurez en momentos así increíble. Él ha sido optimista, positivo y ha sabido mantener la calma". Su técnico, Hernández, suscribe estas palabras: "Es que ya no es tan niño y es un tío muy fuerte de cabeza".
Cultivando el físico
Una buena terapia para el piloto consistió en fajarse en el gimnasio, meterle toneladas de pedaladas a la bicicleta por los campos de almendros que amurallan Cervera y regalarle su cuerpo a Genis Cuadrós. Una forma de aliviar presión a la cabeza fue concentrarla en los músculos. "Ha entrenado muchísimo, lo veo como jamás lo vi. Está hecho un toro", cuenta Alzamora. En Albacete, hasta su responsable de prensa, Héctor Martín, se asombró. "Cuando se quitó la camiseta daba miedo", recuerda.
EMILIO ALZAMORA
"Ha entrenado muchísimo, jamás lo había visto así"
El entrenamiento espartano se alternó con visitas al Hospital Clínico de Barcelona donde periódicamente su vista debía someterse a un examen exhaustivo a cargo del doctor Bernardo Sánchez Dalmau. De hecho, continuará con sus evaluaciones para terminar de afinar la visión. "En la clínica le hacen una prueba con una máquina con la que se demuestra, a través de una imagen, que va mejorando la nitidez", explica Emilio.
Pero nunca dejó la moto en el garaje. Juliá siempre tuvo a punto las burras de motocross. Incluso antes de la intervención a la que se sometió para depurar el nervio Marc se atrevía a rodar por la tierra. Esos ensayos tímidos del inicio se han intensificando con el paso de los días. Hasta que hace un par de semanas sus patrocinadores -Repsol y Catalunya Caixa- lanzaron por email un vídeo esclarecedor. Marc rodaba a buen ritmo por una pequeña pista de Lérida.
Aquella sensación de liberación se fue repitiendo, regada con alguna comida con su otra familia: el equipo. "Hemos estado todos muy unidos a él, en cada momento, hemos subido mucho a Cervera después de trabajar en la nave. Incluso alguna barbacoa ha caído", revela Santi Hernández, cuyo vínculo con el piloto se ha estrechado con las dificultades. "A él le encanta estar con nosotros", añade. Ya el año pasado decidió viajar un día antes a los grandes premios para poder estar con sus chicos. Su jefe de prensa lo explica con un símil futbolístico. "Es el típico tío que te levanta el vestuario", dice.
Su familia, que hasta lo acompañó a Madrid para la presentación del equipo Repsol en la que sorprendió saliendo a escena sobre una moto de trial, también saca una lectura muy positiva de esta experiencia. Rosés, su madre, la primera. "Al menos lo hemos tenido comiendo en casa como cuando era pequeño y hemos podido hacer mucha vida familiar", comenta, entre risas. "Nosotros siempre estuvimos tranquilos, sobre todo por ver que él estaba tranquilo", concluye.

Fuente: Marca

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